Pottermore ha abierto sus puertas para unos pocos usuarios. Hace poco les mostramos las primeras imágenes y ahora les vamos a mostrar una información nueva sobre cómo se conocieron los tíos de Harry Potter: Vernon y Petunia Dursley. Recuerda que esto no aparece en los libros de Harry Potter y es información nueva escrita por J.K. Rowling para Pottermore.
Y si no deseas enterarte de toda ésta información antes de tu ingreso, puedes omitir la lectura de éste post y sorprenderte al ingresar a Hogwarts tu mism@! :)
ADVERTENCIA DE SPOILERS
Vernon y Petunia Dursley son los tíos de Harry Potter. Vernon es un hombre grande y fortachón con bigote y un cuello muy corto, que trabaja como director de una compañía que fábrica taladros. Petunia es una mujer rubia y delgada con un largo cuello, a la que le encanta cotillear. Los dos desprecian todo lo que sea fuera de lo corriente. Vernon y Petunia se hicieron cargo de Harry cuando se quedó huérfano, pero le tratan muy mal.
Vernon empieza a notar que están pasando cosas extrañas el día antes de que Harry llame a su puerta. Ve un gato leyendo un mapa y se da cuenta de que hay gente vestida de un modo un tanto extraño que habla en voz baja sobre los Potter y su hijo, Harry. También oye que le llaman muggle. Vernon sospecha que la hermana de Petunia tiene algo que ver con toda esta actividad fuera de lo ordinario. A la mañana siguiente, Petunia abre la puerta para sacar las botellas de leche y se encuentra un bebé, Harry, en el umbral.
Vernon y Petunia se hacen cargo de Harry a regañadientes, y le dicen que sus padres murieron en un accidente de coche. Le visten con ropa vieja de Dudley demasiado grande para él, le obligan a hacer las tareas de la casa y debe dormir en el hueco de la escalera. Dudley recibe todos los cuidados y atenciones, y a Harry le ignoran y le desprecian.
Vernon y Petunia normalmente culpan a Harry de las cosas raras que ocurren a su alrededor. Siempre que pasa algo inexplicable –como cuando le volvió a crecer el pelo a Harry en una noche después de un terrible corte de pelo, o cuando apareció en el tejado de la cocina del colegio tras haber sido perseguido por unos gamberros– le encierran en el hueco de la escalera como castigo, y a veces hasta le dejan sin comer
Los tíos de Harry se conocieron en el trabajo. Petunia Evans, que siempre se había sentido amargada por el hecho de que sus padres parecían valorar más a su hermana bruja que a ella, dejó Cokeworth para siempre para estudiar mecanografía en Londres. Esto la ayudó a encontrar un trabajo en una oficina, donde conoció a Vernon Dursley, que no tenía nada de mágico pero que era extremadamente obstinado y materialista. Grande y de cuello corto, este ejecutivo junior le pareció a la joven Petunia el arquetipo de la virilidad. Él, no solo correspondió a sus atenciones, sino que era deliciosamente normal. Tenía un coche perfectamente normal, y quería hacer cosas completamente ordinarias y después de haber salido con él en algunas aburridas citas, en las que habló principalmente sobre sí mismo y sus previsibles ideas sobre el mundo, Petunia empezó a soñar con el momento en el que le pondría un anillo en el dedo.
Cuando, en el momento oportuno, Vernon Dursley le pidió de rodillas en el salón de su madre que se casara con él, Petunia aceptó enseguida. La única nube en su azul horizonte era el miedo de lo que su prometido pensaría de su hermana, que estaba entonces estudiando el último curso en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Vernon era capaz de despreciar a cualquiera que llevara zapatos marrones con traje negro, ¿qué pensaría de una chica que pasaba la mayor parte del tiempo vestida con una túnica y practicando magia? Petunia no quería ni pensarlo.
Ella le confesó la verdad durante una cita bañada en lágrimas dentro del oscuro coche de Vernon, delante del bar en el que Vernon había comprado algo para picar después del cine. Vernon, tal como se lo esperaba Petunia, se llevó una buena sorpresa, pero, sin embargo, le contestó solemnemente que no le reprocharía el hecho de tener una hermana tan rara, y Petunia se echó sobre él con una gratitud tan violenta que a él se le cayó al suelo la salchicha que se estaba comiendo.
El primer encuentro con Lily, su novio James Potter, y la pareja de enamorados no fue bien, y a partir de ahí, la relación fue de mal en peor. A James le hacía gracia Vernon, y cometió el error de mostrarlo. Vernon trataba a James con condescendencia preguntándole qué coche conducía. James le describió su escoba de carreras. Vernon dijo que suponía que los hechiceros tenían que vivir del subsidio de desempleo. James le explicó lo que era Gringotts, y que sus padres tenían ahorrada una fortuna allí en oro puro. Vernon no sabía si le estaba tomando el pelo o no, y se enfadó. La tarde terminó con Vernon y Petunia marchándose del restaurante airado, tras lo cual Lily rompió en lágrimas. James (un poco avergonzado de sí mismo) prometió reconciliarse con Vernon a la primera oportunidad.
Esto nunca ocurrió. Petunia no quiso que Lily fuese su dama de honor, porque estaba harta de que siempre le hiciese sombra, a Lily esto le dolió. Vernon se negó a hablarle a James durante el banquete, pero le describió, de modo que James pudiera oírle, como un “mago amateur”. Después de casada, Petunia se volvió más y más como Vernon. Le encantaba su coqueta casita cuadrada de Privet Drive número cuatro. Ahora se sentía segura. No había objetos que se comportaran de forma extraña, teteras que de repente silbaran cancioncillas cuando pasaba delante, ni conversaciones sobre cosas que no entendía, con nombres como “quidditch” y “transfiguración”. Ella y Vernon decidieron no asistir a la boda de Lily y James. Su último contacto con Lily fue el anuncio del nacimiento de Harry, y Petunia lo tiró a la basura no sin antes haberle lanzado una mirada de desprecio.
Aunque Petunia se criara junto a una bruja, es bastante ignorante en lo que respecta a la magia. Ella y Vernon comparten la idea un tanto equivocada de que serán capaces de sacarle la magia del cuerpo a Harry, y en un intento de deshacerse de las cartas que llegan de Hogwarts para cuando Harry cumpla once años, ella y Vernon confían en la vieja superstición de que los hechiceros no pueden ir por el agua. No debería haberse sorprendido cuando Hagrid llegó a la cabaña del islote atravesando un mar tormentoso, ya que en su niñez, Petunia había visto numerosas veces a Lily saltar arroyos y saltar de roca en roca para cruzar ríos.
Fuente: blogHogwarts
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