sábado, 6 de agosto de 2011

Los fans ya no se resignan a despedirse de sus héroes

Internet lanza muchos fenómenos nuevos, pero también convierte en tendencia algunos bastante antiguos. Cuando se habla de fanfiction, de continuaciones elaboradas por los aficionados a una serie literaria o cinematográfica, se está citando un fenómeno en alza, pero también una práctica cuyo origen puede retraerse, por ejemplo, al Quijote de Avellaneda, la continuación apócrifa publicada en 1614, un año antes que la segunda parte de las aventuras del ingenioso hidalgo publicadas por el propio Cervantes.
La cuestión es que ahora el fenómeno es accesible para cualquier fan con vocación literaria más o menos afortunada, y su generalización lo ha convertido en tendencia. Si en todo el siglo XVII se publicaron en Europa unas 50 aventuras de Alonso Quijano para prolongar el éxito tras el fallecimiento de su autor original, la web fanfiction.net cuenta en sus archivos con nada menos que 500.000 historias registradas para prolongar las andanzas de Harry Potter, ya finalizadas para su creadora, J. K. Rowling.
En esos textos, por supuesto, hay de todo: desde algunos muy extensos hasta pequeños chistes, escritos de la manera más refinada o con faltas de ortografía. Hay varios denominadores comunes, eso sí. Muchos de ellos van firmados con seudónimo, puesto que la legalidad de esta práctica resulta un tanto dudosa. Y una inmensa mayoría no se dedica tanto a continuar directamente las tramas ya cerradas como a rellenar huecos, ofrecer aventuras adicionales de personajes secundarios o hacer reinterpretaciones un tanto peculiares de las historias.
Por ejemplo, son subgéneros muy documentados los que convierten a los personajes ya conocidos en homosexuales que mantienen relaciones entre sí -el llamado slash-, y que curiosamente están en su mayoría escritos por mujeres: sean Frodo y uno de sus amigos o Han Solo y Luke Skywalker los implicados, no hay dúo que no haya pasado por esta experiencia en la imaginación de los escritores aficionados. Sin embargo, hay no menos de 50 términos para definir todo tipo de variantes: los crossover, en los que se mezclan personajes de distintos universos imaginarios, o los deathfic, en los que uno de los personajes centrales fallece, son solo un par de ejemplos, sin olvidar las parodias humorísticas de formato más clásico.
Los copiados-homenajeados han tomado muy diferentes posturas respecto al fenómeno. Por ejemplo, las dos escritoras cuyas creaciones han sido en más ocasiones objeto de fanfics, J. K. Rowling y Stephanie Meyer -autora de la serie Crepúsculo-, se han manifestado favorablemente halagadas por las obras en que se recupera a sus personajes, siempre que se mantengan unas ciertas pautas: las más evidentes, no cobrar por ellas y no introducir elementos -en particular, sexuales- que puedan resultar contradictorios con el espíritu de las obras originales.
En cambio, Anne Rice -creadora de la serie vampírica iniciada con Entrevista con el vampiro- encabeza el grupo de quienes han conseguido que fanfiction.net elimine todos los contenidos relacionados con su obra. La principal razón al respecto, por cierto, no es tanto una celosa protección de los derechos como el temor a situaciones como la vivida por la escritora Marion Zimmer Bradley a comienzos de los noventa, cuando fue denunciada por plagio del argumento de una fanfiction para una de las obras de su serie de novelas de fantasía Darkover, publicada después que el cuento extraoficial.




Fuente: http://www.cincodias.com/articulo/sentidos/fans-resignan-despedirse-heroes/20110806cdscdicst_5/

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